En la alquimia, como comenté anteriormente el nigredo representa la fase de disolución y descomposición. Es el punto de ruptura donde todo lo que creemos estable se desmorona, dejando solo caos y oscuridad. Esta etapa simboliza el derrumbamiento del ego, el cuestionamiento profundo de nuestras certezas y la oportunidad de renacer bajo una nueva versión. Todos nosotros como lideres hemos pasado por esta etapa donde dejamos ese viejo traje para transformarnos en una nueva y mejorada versión de nosotros mismos.
Este concepto tiene una relación directa con el desafío de las creencias. Todos operamos bajo sistemas de pensamiento que hemos construido a lo largo de nuestra vida. Estas creencias nos dan estructura, pero también pueden ser limitantes, atrapándonos en patrones rígidos de pensamiento.
Cada vez que nos enfrentamos a una idea que desafía nuestras convicciones más arraigadas, experimentamos una forma de nigredo interno. Muchas veces vivimos ese proceso como una duda profunda por ej nos damos cuenta de que lo que dábamos por cierto podría no serlo. Muchas veces caemos en la confusión y el caos, nuestra mente lucha por encontrar un nuevo equilibrio. A veces nuestro ego intenta aferrarse a lo conocido, generando miedo o negación y creando resistencia a lo que es. Aquí es donde muchos de nosotros nos detenemos ya que estar en esta etapa es incómodo. Sin embargo, es también el paso necesario para transformarnos y evolucionar.
Cuando enfrentamos el desafío de nuestras creencias, pasamos por un proceso de reconstrucción total. Hay una fase de aceptación reconociendo que nuestras creencias pueden ser limitadas o inexactas.
De ahí pasamos a explorar nuevas posibilidades a cuestionar sin miedo y abrirnos a otros paradigmas. Una vez que pasamos esta etapa integramos lo aprendido, dejando atrás lo que ya no nos sirve y volviendo a resignificar. Finalmente llegamos a la etapa de transformación. Aquí emergemos como el ave fénix con un entendimiento más profundo y flexible.
Para mi el mayor reto no es cambiar de opinión, sino soltar la identidad construida alrededor de nuestras creencias. En un mundo donde nuestras opiniones nos definen, aceptar la incertidumbre puede sentirse como una pequeña muerte. Pero en esa muerte simbólica está la semilla de un yo más auténtico y adaptable.
El nigredo nos invita a la valentía, a dejar de ser quienes fuimos para convertirnos en lo que podemos ser. ¿Estás listo para el desafío?

